La humildad y el agradecimiento

LA HUMILDAD Y EL AGRADECIMIENTO

LA HUMILDAD Y EL AGRADECIMIENTO



Cuando una persona ansía el reconocimiento por parte de alguien o incluso de toda una sociedad por lo que hace y finalmente lo logra, esa persona no es virtuosa sino que tan sólo habrá encontrado cierta satisfacción personal en ello, y probablemente se siente realizada.

La verdadera virtud se halla en hacer lo que uno cree que debe hacer en cualquier situación, por convencimiento propio, sin esperar nada a cambio, pensando tan sólo que sus actos le llevarán a mejorar esa situación tanto para él como para el resto de personas con las que interactúa.

La persona virtuosa sabe a ciencia cierta que cuando se desapega de los resultados esperados y no se preocupa por los beneficios que puedan llegarle, es cuando recibe mucho más de lo que pueda imaginar, porque sabe que está aplicando de forma correcta la fórmula que le lleva a la precipitación de todo lo que anhela, incluso de la propia virtud. Es más, sabe que no necesita el reconocimiento de nadie sino que su objetivo más elevado será en todo momento reconocerse a sí mismo. Cuando sabe realmente quién es obtiene el más alto grado de reconocimiento que jamás nadie pueda atribuirle o asignarle. Estará agradecido consigo mismo incluso antes de haber obtenido nada.


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